viernes, 23 de diciembre de 2011

6. Sombreros de la campiña inglesa: la vigencia de un proyecto.

Se aproxima la Navidad, y este post es un regalo para ustedes, a modo de agradecimiento por seguir el ciclo de las Predicciones que comenzó hace varias semanas y que aquí concluye, y también es un regalo para mi misma puesto que me hace terminar un ciclo que durante semanas me martirizó por carecer de tiempo para otra cosa que no fuesen libros y códigos sin dibujos. Fueron días amargos. 

La "Campiña Inglesa" es el concepto con el que describo esas clásicas escenas de películas británicas ambientadas en el siglo XIX, en donde no falta la Lady reprimida que sufre por cualquier motivo, usualmente ligado a lo sentimental o a su condición de género, y que puede habitar tanto en una casa de piedra, madera o en el palacio de una tía lejana, cualesquiera de los inmuebles insertos en un paisaje campestre. 

Ahí es donde aparecen los sombreritos de paja que se sujetan con una cintita bajo el mentón y que, cada vez que salgo a la calle bajo 30 grados de calor a la sombra, creo necesario rescatar desde algún baúl y heredarlo de mi abuela (o fingirlo). Las ventajas que percibo a primera vista son: 

a) Claramente, el resguardo del sol (eso de quemarse por andar en el centro y luego tener que decir que fuiste a la playa nunca ha sido lo mío. Además, el cáncer a la piel y etc.).

b) Los hoyitos que quedan entre el tejido hacen que el pelo no se aplaste ni convierta en algún tipo de escabechado.   

c) Son livianos.

d) Son chic, tienen ese color neutro que combina con todo, sobre todo con los pasteles de la temporada. 

Deben quedar cientos de puntos a favor, pero creo que con esos son suficientes para ilustrar su vigencia. Recuerden que esto es sólo la idea, es absoluta y dialécticamente necesaria su adaptación a la actualidad. 

5. Labios coral.



Cumpliendo con mi compromiso unilateral (que a estas alturas no sé si me obliga, o si más bien sólo no da lugar a acción para exigir su ejecución -porque de hecho no da lugar-, constituyéndose en una obligación natural, pero que de todas formas al ser estas taxativas no va al caso, entonces quedo donde comencé) de presentar las Predicciones Primaverales y, por mora, veraniegas, hago entrega del punto 5 de nuestro índice. 

Quiero aclarar que el título parte de la convicción sobre la nomenclatura del Color al que hago alusión: el Coral. Sucede que dicho nombre da lugar a dos posibles interpretaciones concretas de la realidad o, más bien, da lugar a un error en que algunos creen que cierto color anaranjado se llama Coral, cuando no es así, mientras por otro lado subsiste la verdad, la rectitud y el amor. He escuchado que el relativismo es una desviación burguesa y me niego a convencerme de que dos cosas, siendo distintas, se llamen  igual en el mismo idioma. 

Es entonces que afirmo que el Color Coral es esa mezcla de rosa y rojo con un poquitín de naranjo (o sea, de amarillo) tan linda y dulce para el verano que dan ganas de comerse el maquillaje. Puede confundirse con el Color Salmón, pero ese está definitivamente basado en el naranjo. Para los labios (e incluso uñas) prefiero que sea cremoso y no nacarado, pero con un poco de gloss. Pulento. 


jueves, 22 de diciembre de 2011

4. Rosa y naranjo para las uñas. Chanel.

Lo lindo de estos colores es que no son fluorescentes, porque debo decir que tal estridencia ya fue, pasó de moda: hoy basta y sobra con los colores pastel. Y lo bueno es que no necesitamos pinturas marca Chanel para llegar a ellos.

Watchen:



3. Frutas, aros frutales.

Esto será breve, sólo observen:


Ahora me dan ganas de ir a cualquier tienda de juguetes usados, buscar la comida de Barbie y convertirla en aros. Los ganchitos los compraré en Rosas. Es una idea DEMASIADO buena. Nunca he tenido claro si los pimentones son frutas o qué, pero se entiende.

Todas las imágenes son de la colección Primavera 2012 rtw de Dolce & Gabbana en Style.com.